Guillermo Salas Peyró


En México, la vieja guardia de la radio se está terminando. En noviembre falleció Joaquín Vargas Gómez y la semana pasada murió otro más de los pioneros de la radio, en este caso, el fundador del Grupo Radio Mil: Emilio Guillermo Salas Peyró.

Nacido en marzo de 1919, la historia de su vida corre paralela al desarrollo de la industria de la radio.

Duranguense, originario de Ciudad Lerdo, en plena comarca lagunera, entró muy joven a trabajar en la XEW, cuando aún estaba estudiando la carrera de derecho en la UNAM, y gracias a esa experiencia se interesó tanto en el entonces naciente mundo de la radio que hasta su tesis hizo sobre el tema: “La radiodifusión en el destino de América".

En 1943, a sus 24 años, viajó a Brasil primero y luego a Buenos Aires, donde lo invitaron a trabajar en la emisora El Mundo, en pleno peronismo, y de hecho le tocó que el propio presidente Juan Domingo Perón expropiara esa estación lo que lo llevó a abandonar Argentina.

A su regreso a México, comenzó a trabajar con Emilio Azcárraga Vidaurreta, el abuelo del actual dueño de Televisa, pero pronto volvió a salir de México gracias a una beca del Consejo Británico que lo llevó a Londres, a conocer de cerca la operación de la BBC en 1947, pero también la Inglaterra de la posguerra que, dirigida por Winston Churchill, apenas salía del trauma de la segunda guerra mundial.

De vuelta en el país, se volvió gerente de Radio Mil y muy pronto accionista pues, según le contó a Gabriel Sosa Plata, por su trabajo con Azcárraga se iba acumulando una cuenta que el viejo le pagó con la propiedad de Radio Mil.

Y fue ahí donde se encargó de transformar el paradigma dominante de la radio mexicana que durante treinta años había visto la hegemonía de la poderosa XEW, con sus artistas y radionovelas en vivo, frente a la cual era casi imposible competir, por lo que optó por jugar con otras armas

Si Salas Peyró no tenía recursos para pagar grandes artistas y producciones en vivo como en la W, sí podía en cambio, grabarlos y recurrir a los discos para tener incluso un abanico mayor. Ese fue su primer cambio radical y le funcionó.

Después vino el comprar y fundar nuevas emisoras de radio que llevaron a que en 1962, aquella primera estación se convirtiera en el Núcleo Radio Mil que, por esas épocas también se volvió pionero con las transmisiones en frecuencia modulada.

Guillermo Salas Peyró quiso también entrar en televisión y hasta obtuvo una concesión para operar el canal ocho en el Distrito Federal, pero la intervención de Gustavo Díaz Ordaz lo orilló a vender su negocio. 





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En los años setenta incursionó en el periodismo radiofónico al crear la División Noticias de Radio Mil, un referente para quienes hoy hacemos noticias en los medios electrónicos.

Y aún a sus casi 70 años, después de vender  el Núcleo Radio Mil a la familia Huesca, Guillermo Salas Peyró se fue a Baja California Sur a fundar Cabo Mil, una emisora que con los años se volvió un buen negocio para los Salas en la península.

Con esa energía, que le permitió llegar  a sus 90 años después de una vida plena, quisiera quedarme,  más allá de la historia de este pionero. Descanse en paz.

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